13/12/08

GRAN DIFERENCIA


No es lo mismo una cosa que otra. Verán. Entre “lo que se quiere”; “lo que se dice que se quiere”, lo que “se puede hacer” o lo que “que se hace”, existen grandes diferencias, si bien lo que se debe tener en cuenta, ante todo, es lo que “se puede hacer” y a partir de ahí decir lo que se quiere, una vez conocidas las limitaciones. O eso me parece a mí, cuando observo la vida cotidiana.

Por tanto, que ocurra en la política me parece normal. Lo que no es tan lógico, es no valorar y calcular el verdadero alcance que han tenido nuestros mensajes previamente emitidos entre la ciudadanía, de lo que “hemos dicho que queríamos”. Para mí y creo que para la mayoría, eso es lo que cuenta.

Ahí radica el riesgo/encanto de hacer política. Si se modifican los objetivos de lo que inicialmente se dijo hay que dar claras y contundentes razones para que el ciudadano también modifique el patrón que se forjó con los primeros mensajes recibidos.

Así que, hacer POLITICA con MAYÚSCULAS y no transmitir sensaciones de engaños ni mentiras, aunque estas sean “piadosas”, se convierte en una necesidad obligada. El desarrollo de este proceder político –la adaptación y la información-, han de ejecutarse en cualquier situación. Tanto en cuanto se es responsable de la gestión, como cuando se está en la oposición. En ambas situaciones, las manifestaciones han de ajustarse con precisión al final del objetivo. Eso es, lo que se valora por el ciudadano.

Por tanto, cuando se gobierna hay que separar lo que se quería o se dijo que se quería en salud, igualdad, empleo, urbanismo, infraestructuras, cultura... y, cuando los resultados no son coincidentes (el gran arte de la política es ese), hay que reconducir lo que se dijo a lo que se hace. Convenciendo, si es posible del cambio, por muy divergente que sean los supuestos modificados, así como los resultados. Eso imprime confianza y configura mayorías de apoyo. No se olvide, que cada vez es menor esa orquilla de “incondicionales” en cualquiera de las formaciones políticas y por tanto hay que pensar y actuar para ciudadanos que por un lado escuchan, les recuerdan lo que se dijo que se haría y ven lo que se ha realizado.

2 comentarios:

CHEMA BUZARRA dijo...

Estimado compañero Pepe:

Buen tema, aunque no pones de relieve ni asunto ni personaje. A esto le llamo ser prudente.

En cualquier caso creo que al político hay que valorarlo no tanto por lo que pide, sino por lo que consigue y, desde el punto de vista sindical de esta máxima bien sabes.

Bueno, hasta la próxima entrada.

IBE dijo...

Creo que lo he pillado. Te ha quedado perfecto y, además, acabo de leer un proverbio chino que dice algo así como que es más importante en la vida tener una crítica que un millón de halagos. Si no nos vemos antes, Felices Fiestas...